Picasso and dance. I.

Picasso and dance.

Título: Picasso and Dance.

Tipo: TV movie documental. DVD.

Directores: Didier Baussy, Yvon Gérault.

Duración: 81 min.

Año: 2005

País: Francia.

Por todos es conocida ya la relación, y si no es así ahora se enterarán, la relación que existe entre los Ballets Rusos de principios del siglo XX que comandaba Serge Diaghilev y los artistas de vanguardia de la época en todos los ámbitos del arte, entre ellos, como no, Picasso, “ese bajito de ojos muy vivos” como le describiría el propio Serge.

En este DVD se reproducen dos obras por el ballet de la Ópera de Paris, que contaron con la intervención de Picasso: Le Train Bleu y Le Tricorney, que comentaré más detalladamente a lo largo de dos entradas en el blog. También cuenta con una parte documental en la que explica brevemente la colaboración de Picasso con los Ballets, comenzando con la relación de Olga Koklova, bailarina de la esta compañía, y es muy rica en fotos y bocetos de la época que no siempre son de fácil acceso. Además de ofrecer un rápido y accesible conocimiento de esta unión entre el empresario ruso y el pintor malagueño durante los años 1917 y 1962.

De esta manera, comenzará el pequeño documental comentando la primera y muy significativa colaboración de Picasso: Parade (Parada). Ésta se produjo por intermediación de Jean Cocteau, poeta y autor del libreto de dicha obra que ha tenido una impresionante influencia en las artes escénicas posteriores. Picasso realizó el famosísimo y enorme telón. Dicho telón no anticipaba nada ni del tema del ballet ni tendría relación directa con los vestuarios que también realizará.

El escenario, obra de Pablo, era también completamente distinto: unos suburbios, una calle de París, configurado a la manera cubista y no construidos, sino de lona la manera circense.

De los diseños de vestuario de Picasso el de los acróbatas y el prestidigitador son muy decorativos y ornamentados con espirales y estrellas. Pero, lo más significativo es la creación e introducción por parte de Picasso de tres personajes que no estaban en el libreto original de Cocteau y que bajo el nombre de Managers irán dando paso a las distintas actuaciones que conformarán Parade. Representaban a diferentes países y en ellos se observan características propias del cubismo, parecían más un decorado, eran esculturas cubistas en movimiento, andantes, que se contraponían a los bailarines y les robaron sin duda protagonismo.

 

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El Manager francés de Parade creado por Picasso. © Victoria & Albert Museum, London

La primera de las recreaciones que veremos es de Le Train Bleu (El Tren Azul), esta opereta está dedicada a los deportes: natación, tenis, golf… El tren azul, ballet estrenado en 1924, opereta bailada, Cocteau y música de Darius Milhaud. Contó con la colaboración de Picasso de manera secundaria. Es decir, a diferencia de Parade, no realizó los vestuarios que corrieron a cargo de la emergente diseñadora Coco Chanel, ni la escenografía que era obra de Henri Laurens. Sin embargo, Diaghilev quedó prendado de un gouache sobre madera de Picasso de 1922 y éste accedió a que fuera copiado por para ser el telón del ballet, es más, lo firmó y dedicó al empresario. Así, su pareja de bañistas corriendo por una playa se ha convertido en emblema de la colaboración entre Picasso y los Ballets Rusos. Esta obra deslumbró a los espectadores de París y Londres. De hecho, Henry Moore afirmará que este telón cambió su vida.

Coco Chanel (designer), costumes for Le Train Bleu, 1924. Museum no. S.836-1980, S.837-1980. © Victoria & Albert Museum, London

Vestuario de Coco Chanel para Le Train Bleu, 1924. © Victoria & Albert Museum, London

Otra colaboración menor y no directa con los Ballets Rusos fue la realizada en 1924, mismo año que Le Train Bleu pero meses antes, junto con el Conde Etienne de Beaumont para Mercure (Mercurio), que más que un ballet era una sucesión de poses plásticas que daban una interpretación jocosa acerca de la mitología griega. Dicha producción no tuvo una gran acogida. Efectivamente, no gustó a nadie excepto al entrañable Serge Diaghilev.

No obstante, estas dos colaboraciones, aunque puedan considerarse menores, pues no implicaron la complejidad de una escenografía o vestuario completo, dan la pauta a seguir en la futura obra pictórica de Picasso. La carrera de las dos mujeres gigantescas es reflejo de la futura voluminosidad que plasmará tanto en pintura como escultura, y la línea de Mercure mostrará su tendencia hacia un arte más sutil y de línea pura.

Alba S.A.